El viaje ha sido sumamente pesado. Casi tres horas en autobús desde Valladolid hasta el aeropuerto de Madrid (saliendo a las 4:15 de la mañana para que me de tiempo de coger el avión). De ahí a París, para coger otro vuelo que me lleve ya directo a Hong Kong. En total se acumularon más de 14 horas de vuelo (sin contar autobuses, esperas y taxis), para llegar a Hong Kong a las 7:30 hora local.
En el aeropuerto de Madrid una imagen curiosa, dos señoras mayores, una con la camiseta de holanda y la otra con la de España, son el objeto de muchas las bromas al pasar por los controles.
Tras unas cuantas horas en el avión no sabía ni en que postura ponerme. Me dió tiempo a ver varias películas (cometí la osadía de ver el remake de Furia de Titanes, me ahorraré comentarios), saborear cena y dormitar un poco antes del desayuno a bordo. En el avión se consolidó la idea de que Toro Sentado tiene un inglés más fluido y elaborado que yo....
En cuanto llegué a Hong Kong a cambiar monedas para poder pagar a los taxistas (en el aeropuerto se pasan un poco bastante con los cambios). En Hong Kong usan su propia moneda, el HKD o dolar de Hong Kong, que al cambio está más o menos un euro a unos 9 HKD)).
Desde el aeropuerto al Hotel en taxi (uno rojo, que son los que llevan a la ciudad, los taxis verdes son para los llamados "nuevos territorios) y comprobé que puede ser difícil la comunicación en esta ciudad. Que la población se encuentra apiñada en pequeñas zonas, donde los edificios crecen alocadamente, como queriendo tocar el sol. Y queda tienen los mismo problemas de tráfico que cualquier ciudad de tamaño grande.
En el hotel a intentar hacerme comprender por los recepcionistas para conseguir mi habitación (y un botones se hace habilmente con mis maletas, para luego alargar la mano en busca de la propina). Cambiarme de ropa y rápidamente a las oficinas del cliente.
Cuando llegamos era casi la hora de comer, y comprobé que aquí a la hora de comer bajan el tono de la luz, y algunos aprovechan para dar cabezadas encima del teclado, y no se escondían, se ve que es normal aprovechar la hora de la comida para una siestita.
Nosotros fuimos a comer a un coreano (me encanta la comida asiática) y luego aguantar chapa en el trabajo, hasta que se nos hizo demasiado tarde (comprobamos tambien que pese a la fama que tengan, los chinos son muy cabezotas y obstinados) y tuvimos que acabar cenando algo que compramos en una tienda de las abiertas 24 horas.
A mi se me han ido cerrando los ojos toda la noche (y sin que sea la hora de la comida), así que aprovecho para dormir un poco... mañana os cuento más.
2 comentarios:
Primer día superado y con nota. Ves como aun no sabiendo mucho inglés, la gente se entiende. En tres semanas te vas a convertir en un verdadero experto del extremo oriente.
Hola Chuchi, no tengo tan altas espectativas, pero se hará lo que se pueda.
Lo que es cierto es que esta gente es rarísima, de verdad.
A ver si cuelgo más comentarios, que ayer mientras escribía el post me iba quedando dormido delante del portatil....
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