10 marzo 2009

Los matices son importantes.

Que una misma palabra tenga distintos significados, puede jugarte malas pasadas. Un ejemplo práctico es 'taza'. Según la rae:

taza.

(Del ár. hisp. ṭássa, este del ár. ṭassah o ṭast, y este del persa tašt, cuenco).
  1. f. Vasija pequeña, por lo común de loza o de metal y con asa, empleada generalmente para tomar líquidos.
  2. f. Cantidad que cabe en una taza. Una taza de caldo.
  3. f. Receptáculo redondo y cóncavo donde vacían el agua las fuentes.
  4. f. Receptáculo del retrete.
  5. f. Pieza de metal, redonda y cóncava, que forma parte de la guarnición de algunas espadas.

La, digamos, anécdota que ilustra alguna de esas malas pasadas es la que le está ocurriendo ahora mismo a la sección femenina de mi empresa.

Resulta que hoy se ha comenzado a extender un rumor, que va tomando forma y cada vez va adquiriendo mayor verosimilitud.

En el cuarto de baño de "las chicas", junto al lavabo, hay un estropajo, con un cartelito que pone: "Estropajo para las tazas". Este viene siendo usado por algunas de mis compañeras para lavar sus tazas después de tomarse su café, en un intento de ser más limpias que la sección masculina que no limpia sus tazas con la escusa de que las va a volver a manchar con más café en un rato, o al día siguiente a más tardar. Mis compañeras, en este caso, están haciendo uso de las acepciones 1 y 2 de la palabra taza.

Lo gracioso (o no, según se mire) es que hay fuentes lo suficientemente fiables nos han comentado que la autora del cartel, que no es otra que 'la señora de la limpieza', lo había escrito pensando en la acepción número 4.

Llegados a este punto, me alegra pertenecer a la sección masculina de la empresa que, a pesar de ser un poco más guarretes, tenemos claro que, lo marrón del fondo de nuestras ‘tazas’ son los posos del café...

4 comentarios:

Jesús Rodríguez Ferreras dijo...

Muy bueno.

Esa es la riqueza del castellano. Ahí está la razón de que les cueste tanto integrarse a los extranjeros en España.

Por cierto, hablando de tazas, ayer les comuniqué a mis alumnos que en Berlín (a donde vamos de excursión próximamente) hay que dejar propina a la mujer de la limpieza después de utilizar el baño y me miraron alucinados.

Hasta yo pensaba que era una leyenda urbana, pero una vez que estaba tomando unas cervezas en un garito, al ir al servicio a la tres de la mañana, me encontré a la señora en cuestión dentro del servicio. Obviamente propina al canto (no recuerdo cuanto me dejé en el tema) y agradecimiento con un condescendiente ladrido (mi alemán proviene de la películas bélicas).

davidtenk dijo...

Tambien en algunos locales de EE.UU.

No son senoras de la limpieza. Siempre son hombres, estan bien vestidos, y te ofrecen jabon, cepillo, toalla para despues de tu paso por el servicio.

Ademas te pueden proporcionar perfume o colonia, venden chicles, tabaco, caramelos, algunas chucherias, panuelos de papel, para limpiar los zapatos, y hasta preservativos.

El caso es salir del servicio listo para seguir la marcha.

el Meyer dijo...

Eso de las propinas en los servicios no lo había visto... supongo que tengo que viajar más...

Sólamente recuerdo en algunos restaurantes caros al camarero con las toallas, siempre dispuesto a ayudar, pero nada de propinas :p

NSTR dijo...

La risa, lo del estropajo es de coña. Eso si, las chicas ya deben estar inmunizadas contra todo.

Ah! y confirmo lo de las propinas, debe ser una costumbre bastante extendida, que creo que en Bélgica también vi gente de la que esta en los baños esperando la propina.