Entre la intensa bruma del castillo
se ve su figura aparecer,
puente, jinete y la luna,
con ojos atentos de mujer.
Es el héroe de paz, triste y solitario
que llega al atardecer.
Castiga brujas, duendes y villanos
que pagan con sangre su traición.
Las trompetas suenan la llegada,
la Corte le recibe con honor.
La princesa le clava los ojos en el alma
si a él no le asusta el amor.
No se inclina ante el rey,
ni baja la mirada.
Arrogancia avalada por valor.
Envidia y traición se esfuman con miedo,
su mirada inspira terror.
No hay ningún loco, sólo es leyenda.
Todo lo cuentan en la taberna.
No hay ningún loco, sólo es leyenda.
Tú también tienes tu princesa.
Los juglares cantan en rededor
y el bufón le ríe en su mesa.
Bailarinas le sirven las copas de vino,
y a él le recuerdan a Nessa.
Una flor de metal, un romance fantasma,
que huyó perseguido por ella.
Y con esta canción me despido de vos
y me voy a por otra botella.
No hay ningún loco, sólo es leyenda.
Todo lo cuentan en la taberna.
No hay ningún loco, sólo es leyenda.
Tú también tienes tu princesa.
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