17 mayo 2013

Nota personal

Suelo coger el autobús para ir a trabajar. Sé que ir andando es más saludable y todo eso, pero inevitablemente salgo tarde de casa todos los días, y además me apetece ir leyendo, relajadamente, de camino a la oficina.

Hoy, tras varios días de observación empírica, he tomado una importante nota personal. Hay que coger el autobús a las 8:30 de la mañana, y no el de las 8:45. Bajo ningún concepto coger el de las 8:45. Y si es necesario, esperar al de las 9:00, aunque eso conlleve llegar aún más tarde a trabajar.

He comprobado que entre las personas que cogen el autobús a esa hora hay tres, llamémoslas marujas, que se sientan en asientos contiguos y se pasan todo el trayecto hablando entre ellas, las tres a la vez. Y su estrategia para hacerse oír es ir levantando la voz de forma gradual, y sin que parezca que encuentren un tope o un límite superior. Ni siquiera iéndome al otro lado del autobús y poniendo a Venom en el MP3 a un volumen seriamente perjudicial para mis tímpanos, es posible aislarse de los graznidos de estas marujas.

Hacen dificil leer,  imposible escuchar la radio o la música a un volumen normal, y misión imposible el concentrarse en cualquier cosa (que no conlleve el exterminio de marujas graznantes).

Si no quiero que peligre mi salud mental y la auditiva, tengo que madrugar más, o llegar más tarde al trabajo...

1 comentario:

Inzert dijo...

Si no puedes vencer al enemigo..... Únete a el