04 noviembre 2008

Vacaciones y cosas de la suerte

He estado de vacaciones un par de semanitas, cosa que siempre viene muy bien, para descansar del curro y poder hacer aquello que no se puede normalmente. En nuestro caso, viajar.

Tras unos primeros días en Londres, volvimos a Valladolid, a preparar las maletas para irnos a pasar unos días a Granada. Por un cúmulo de circunstancias (mucho tráfico, algo de despiste y reacción involuntaria) acabé llevandome por delante los bordillos que separan el carril bici de la carretera, resultado: las dos ruedas de la parte derecha destrozadas, llantas cuadradas, amortiguadores dañados y dirección rota (de esto me he enterado hace poco, los del taller me van dando las malas noticias de poco en poco, que considerados...). Genial. A un día de irnos de vacaciones con el coche y con el seguro recién cambiado hacía una semana (al menos lo seguía teniendo a todo riesgo, aunque con franquicia)...

Decidimos irnos con el coche de Mari, que aunque algo viejo va muy bien (aunque tenga poca potencia y eso se nota en las cuestas). Todo fue bien hasta que en un pueblecito perdido por Granada, nos quedamos atrapados en una calle estrecha, por la que no pasaba el coche, en cuesta y con curvas. Tuve que sacarlo a base de freno de mano y acelerones marcha atrás, con el resultado de un tremendo recalentón en el embrague (con mucho humo y olor a quemado incluido).

Lo llevamos de urgencia a un taller donde nos dicen que lo del embrague no pasa nada, que nos hemos pasado con el recalentón, pero que no hemos provocado avería, pero que tenemos roto el tubo de escape... Bueno, pues pagamos por uno nuevo, nos lo ponen y seguimos de vacaciones.

El último fin de semana de vacaciones fuimos a Vigo, todo bien, hasta el día de venir. Circulando tranquilamente oímos un golpe y el repiqueteo de algo que se arrastra. Paramos, luces de emergencia y a ver que ha pasado. El tubo de escape se había caído y lo estábamos arrastrando. Genial...

Volver a llamar al seguro (esta vez el seguro nuevo de este coche había empezado solo dos días antes, pero solo es a terceros), dejar el coche en Vigo y menos mal que el seguro nos puso un coche de alquiler para volver a Valladolid.

Así que el resumen de las vacaciones: unos días en Londres, una semanita en Granada, un fin de semana en Vigo, dos coches averiados, seguramente un pastón en arreglarlos, y en casa esperaba el ordenador con el disco duro roto, y el lunes tener que volver a trabajar... Eso no son formas de acabar las vacaciones...

1 comentario:

davidtenk dijo...

Vaya, tienes mas percances con los coches que Carlos Sainz en sus tiempos...

Espero que sea leve (y barato) y que hayas descansado.