18 abril 2006

Obediencia a la autoridad

Adolf Eichmann fué juzgado en los años sesenta por crimenes a la humanidad por su labor en la persecución y exterminio de judios. Eichmann se defendió, sólo obedecía ordenes, para él los culpables eran las autoridades nazis que "abusaron" de su obediencia.

Esto acabó llevando al psicólogo Stanley Milgram a realizar un experimento para comprobar hasta que límites podía llegar una persona en la obediencia a la autoridad. Milgran resumiría su experimento diciendo...


"Monté un simple experimento en la Universidad de Yale para probar cuánto dolor infligiría un ciudadano corriente a otra persona simplemente porque se lo pedían para un experimento científico. La férrea autoridad se impuso a los fuertes imperativos morales de los sujetos (participantes) de lastimar a otros y, con los gritos de las víctimas sonando en los oídos de los sujetos (participantes), la autoridad subyugaba con mayor frecuencia. La extrema buena voluntad de los adultos de aceptar casi cualquier requerimiento ordenado por la autoridad constituye el principal descubrimiento del estudio".
Stanley Milgram. The Perils of Obedience (Los peligros de la obediencia. 1974)


Comprobó que una persona normal, puede llegar a realizar actos inmorales en obediencia a una autoridad reconocida. Actos que sin esa autoridad no los realizaría. Vuelca sobre la autoridad la responsabilidad de los actos cometidos y su posible sentimiento de culpa, en algunos casos, se ve atenuado pensando que la "victima" sin duda se merecía el castigo al que era sometida.

Un experimento con unos resultados muy inquietantes, sin duda. Muy aconsejable leer este articulo de Ana Muñoz, en la web de psicología y medicina de Cepvi.com.

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