22 septiembre 2005

¿Para qué estudie industriales?

De pequeño me gustaba desmontar cosas, como a todos los niños, pero tambien encontraba un especial deleite en investigar su funcionamiento e incluso en intentar volver a montarlas. Fué natural con la edad acabar desmontando aparatos electrónicos.

Tambien sentía deleite por el dibujo. Desde que un primo me enseñó a dibujar a Mortadelo, eso fué "in crescendo", nunca llegaría a hacer nada destacable, ni a ganar nada más que algún concursillo de dibujo o de comic. Pero lo disfrutaba, vaya que si lo hacía, incluso ahora me sigue gustando pintar mis garabatos en una hoja en blanco.

Muy pronto tuve mi primer contacto con la informática, el impresionante Spectrum que le regalaron a mi mejor amigo en el colegio, con el que sólo se podía programar en BASIC. Ya en B.U.P. tomé contacto con los PC, con aquel legendario MS-DOS y el muy utilizado Word Perfect.

Quizás el conjunto de todo hizo que acabara estudiando ingeniería industrial, habiendo descartado bellas artes (sin salidas) y otros estudios más "artisticos". Ese fué, sin duda, un error, aunque la mente llena de tornillos, sistemas electrónicos, programas informáticos y procesos automáticos (en vez de pájaros) tampoco se habría dado cuenta en caso de haberlo analizado detenidamente.

Pero en vez de en la carrera técnica entré en la superior, por problemas con los distritos universitarios. Ese fué otro error... en vez de perder 3 ó 4 años en una inutil carrera universitaria, perdí casi 8.

En mi cabeza pensaba en trabajar diseñando complejos sistemas mecánicos, elaborando complicados circuitos electrónicos, o mejorando la productividad de una factoría mediante el análisis de sus procesos... Demasiada imaginación... más que cuando dibujaba comics de dragones, princesas y elfos...


Los años en la carrera, a la vez que hacían mi mente más cuadriculada y cerrada a ideas nuevas, consiguieron que fuera despertando poco a poco. Empecé a pensar que estaría bien trabajar en una fábrica o en una pequeña industria, para finalmente desear simplemente acabar y encontrar trabajo, sin sueños y sin esperanzas.

A la vez que elaboraba el proyecto fin de carrera fuí becario para una gran empresa dedicada a la energía electrica. Ahí tenían becarios por que tanto la Junta como la Universidad les daban unas interesantes ayudas y hacíamos trabajo tedioso, laborioso, y la mayoría de las veces inutil, que normalmente nada tenía que ver con nuestros estudios. En mi caso fué el desarrollo de un sistema informático para el mantenimiento y gestión de los datos de mantenimiento preventivo de centros de transformación, que título más bonito para un programa en Visual Basic contra una base de datos Access y un entorno gráfico bastante elaborado, que fué, naturalmente, lo que más gustó.

En esa etapa de becario es donde ya me cercioré de que prácticamente todo lo que había estudiado hasta ahora no valía para nada, que un estudio superior no vale absolutamente para nada (preferían contratar a los provenientes de carrectas cortas) y que si encontraba trabajo de cualquier cosa me podía dar por contento.

Y así fué. Acabé currando en una empresa de informática para otras grandes empresas de telecomunicaciones. De esa he pasado a otras, pero todas del mismo "gremio". Mi título no me ha valido para nada. Es más, en algunas empresas en las que he trabajado ni siquiera me lo han pedido.

Pero pese a todo y contra todo, enseguida decidí buscar trabajo en algo más "propio" de un ingeniero industrial, y aún sigo buscándolo. En las pocas entrevistas de trabajo que he tenido para puestos más "de industriales" he comprobado que la mayoría de mis compañeros están igual, somos muchos (demasiados) para lo poco que hay, y los de carreras cortas siguen siendo los preferidos.

Los ingenieros informáticos y de telecomunicaciones dirán que mi trabajo actual es intrusismo, pues mira, por mi estaría en algo más acorde con mis estudios, pero no hay forma. Y de algo hay que comer.

Mi carrera solo me ha valido para que en el salón de la casa de mis padres haya una chulísima horla y un molón título colgados en la pared. La carrera no ha valido para nada. He acabado trabajando en temas de informática y todo por que he conseguido aprender mucha informática por mi cuenta.

En fín, si algún dia tengo hijos les animaré para que sean fontaneros, pintores o albañiles. Además es esa una profesión mejor vista y más entendida que la de informático... (por que la de ingeniero industrial es tan real como la de experto en fosfonización de torcondrios o reparador de juntas de trócolas).

Menos mal que sigo disfrutando con el dibujo, aunque dudo que me pudiera ganar la vida dibujando...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo vale, y una carrera muchiiiisimo. No sabes la cantidad de gente que no puede ni optar a simplemente ser candidato por no tener estudios superiores. Respecto al tiempo empleado, lo importante es el resultado final.

Por supuesto que debes estar orgulloso de ello. Lo peor es este mercado laboral que nos ha tocado sufrir: explotadores, intrusismo, enchufes, sueldos bajos, precariedad... Si fuera como debe ser, seguramente estarias mas realizado. Que te voy a decir yo!

Y para terminar, pues eso tio, que uno puede ser ingeniero, dibujante, informatico, torero, y panadero, y todo lo que uno desee.

Los limites solo los ponemos nosotros mismos, y hay q intentar ser generosos. Seguro que nos aburriremos menos, y estaremos mas contentos.

Haber si nos messengeramos más ;)

el Meyer dijo...

je, je...

En cierta forma tienes razón... Todo lo que se hace vale para algo y te condiciona.

Pero el límite de lo que podemos ser no somos nosotros mismos. Eso es una especie de cota máxima. El límite te lo imponen las condiciones.

Nosotros luchamos por ser y hacer lo que realmente deseamos. El límite viene por lo que las condiciones (forma un tanto eufemística de llamar a la sociedad de consumo, cultura, ambiente, etc...) te permiten llegar a hacer.

y ahora mimmo voy a ver tu enlace...