Una pequeña historia, de esta mañana, en la cafetería donde hemos ido a tomar el café de media mañana.
Entra un hombre alto y desgarbado, con vaqueros y un jersey fino. Le pide a la camarera que active la máquina de tabaco y mete varias monedas.
Disimuladamente le da al botón de recuperar dinero y se vuelve a meter las monedas en el bolsillo.
Sin acercarse mucho a la barra le dice a la camarera (con un acento que no fui capaz de identificar ya que hablaba casi en susurros) que la máquina se ha tragado sus monedas y no le ha dado el tabaco.
La camarera le mira y le dice que se vaya, que había visto como se metía el dinero en el bolsillo tras recuperarlo, que se vaya.
El estafadorcillo murmura algo entre dientes, y se va.
Según parece la camarera se olía el juego, ya que no debe ser la primera vez que alguien intenta hacerlo. Todos en el bar pensamos lo mismo, "como está el patio", hay que andar con muchos ojos para que no te estafen en cualquier momento...
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