Hay dias que pienso que los japoneses no comen demasiados perruchos y podrían venir a merendarse el del vecino. Y que conste que me gustan los animales, pero me sacan de mis casillas los jodios perro-mierdas que se pasan todo el condenado dia ladrando.
Encima el mierda-perrro-come-coños es del mismo vecino que enseguida golpea la pared cuando, según él, debemos tener la tele tan alta que interrumpimos sus actividades, suponemos tan intelectuales como la minería activa en orificios nasales.
Si mis vecinitos quieren pasar el dia amenizado por los chirriantes graznidos de su mierda-perro ¿por que no lo tendrán encima de su mesita de noche, y así puedan dormir disfrutando del acompañamiento acústico de su mierda-mascota?.
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