Reconozco que me gustan las películas que tienen esa fantasía que llega a nuestra alma infantil, para tocarla con un ligero dedo y remover esos sueños que nuestro"yo" infantil tuvo, y que han quedado en el fondo de nuestra gris vida adulta.
Stardust es una historia fantástica, una aventura en un mundo fantástico separado del mundo real un simple muro que se encarga de vigilar un anciano.
Los problemas de sucesión de una dinastía un tanto sangrienta, una estrella que cae del cielo, un enamorado que quiere hacer una proeza para demostrar su amor, unas brujas, una princesa encantada, unos piratas que en su barco volador cazan rayos...
La historia, versión de un libro de Neil Gaiman, ha conseguido mantenernos enganchados a la pantalla, fascinados por los personajes y las aventuras, hasta el final feliz que estábamos esperando. Por que en estas películas, ese "yo" infantil quiere un final feliz.
Que leches!, de vez en cuando todos necesitamos que alguien nos cuente una historia que tenga un final feliz.
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