Llevaba una capa roja brillante, y lo que parecia una imitación de un casco vikingo con unos enormes cuernos.
Iva al límite de velocidad en la carretera, a unos 100 kilometros/hora. La capa ondeaba frenéticamente en su espalda. Y se apresuraba en su moto de mediana cilindrada, pasando a los coches por el arcén de la derecha.
Me quedé mirando. Casi me paso mi desvio, por intentar comprender que motivo podía tener para ir así en moto...
Me hizo gracia imaginar la escena si le para la guardia civil para multarle por no llevar casco homologado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario